La eternidad parece estar fuera de nuestro alcance, pero Dios nos da la oportunidad de elegir dónde la pasaremos: con Él o sin Él.
La elección se hace en esta vida, con todas sus consecuencias.
La eternidad parece estar fuera de nuestro alcance, pero Dios nos da la oportunidad de elegir dónde la pasaremos: con Él o sin Él.
La elección se hace en esta vida, con todas sus consecuencias.
¡Dios mío, mi alma se conmueve
y mi corazón se angustia
al considerar los horrores de la cruz!
¡Qué poco pensamos en ello para agradecerte
que sufrieras de tal manera por amor a tus criaturas,
que no éramos precisamente fieles adoradores tuyos,
al contrario, como tu palabra nos dice:
«Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,
mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.» (Romanos 5:10)Camila Plaza